
El Ayuntamiento de Valencia ha dado un paso más hacia la actualización de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con la aprobación inicial del informe ambiental estratégico. Aunque las medidas aún están pendientes de aprobación, el borrador ya contempla cambios relevantes para las comunidades de propietarios: regulación del uso de azoteas, integración de instalaciones fotovoltaicas o impulso al autoconsumo energético. De confirmarse, estas medidas ofrecerían mayor seguridad jurídica y abrirían nuevas posibilidades para adaptar los edificios a las necesidades actuales de eficiencia, sostenibilidad y bienestar vecinal.
Según el concejal de Urbanismo, Juan Giner, la revisión técnica de estas normas para modernizar el PGOU de València “se encuentra en la fase de evaluación ambiental del proyecto y, a continuación, se someterá la propuesta al Pleno y, posteriormente, a información pública general”.
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Energía solar en el punto de mira
Uno de los cambios propuestos es la incorporación de las exigencias autonómicas en materia de transición energética. En concreto, se refuerza el compromiso con el autoconsumo eléctrico, estableciendo que los aparcamientos de más de 1000 m², públicos o privados, deberán incluir instalaciones fotovoltaicas.
Aunque estas obligaciones ya están recogidas en la Ley de Cambio Climático de la Comunitat Valenciana, su inclusión en el planeamiento urbanístico facilitaría su aplicación desde el momento en que se solicita una licencia de obra. Para muchas comunidades con aparcamientos amplios o cubiertos, este cambio puede representar una oportunidad real para modernizar sus instalaciones y reducir costes energéticos a medio y largo plazo.
Además, esta línea de acción se alinea con el creciente impulso a la eficiencia energética en el parque edificatorio. Desde Mediterráneo ya hemos gestionado con éxito solicitudes de ayudas europeas para mejorar la sostenibilidad en comunidades de propietarios.
Azoteas: nuevos usos bajo normativa
Otra de las propuestas destacadas del nuevo PGOU es la futura regulación del uso de las azoteas. La norma busca establecer criterios claros para permitir la instalación de trasteros, piscinas, pérgolas u otros elementos en las cubiertas de los edificios, una práctica cada vez más habitual pero hasta ahora con escasa cobertura legal.
Si esta medida se aprueba, supondría un avance importante para las comunidades de propietarios que deseen aprovechar este espacio común de forma segura, funcional y adaptada a la normativa. También podría fomentar proyectos colectivos orientados al ocio, al almacenaje o incluso a la sostenibilidad urbana.
Nuevas formas de vivienda: coliving, cohousing…
El PGOU también contempla la incorporación de nuevas tipologías residenciales que no estaban recogidas en la normativa de 1988: coliving, cohousing o flex living, orientadas a jóvenes, profesionales en tránsito o personas mayores que apuestan por modelos colaborativos.
Su regulación permitirá autorizar este tipo de proyectos bajo condiciones específicas. Para las comunidades ya constituidas, no debería suponer cambios inmediatos, pero sí puede generar nuevas dinámicas urbanas y vecinales en el entorno. Estar informado sobre qué implica cada modelo puede ayudar a anticiparse a posibles impactos en la convivencia o los servicios compartidos.
Mirada de futuro para edificios existentes
Este tipo de reformas del planeamiento municipal pueden parecer lejanas, pero en realidad condicionan el día a día de las comunidades: desde cómo se usan los espacios comunes hasta cómo se abordan obras, instalaciones energéticas o reformas estructurales.
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