El impacto invisible al tirar medicamentos por inodoros o fregaderos

medicamento contaminación mares

Cuando hablamos de sostenibilidad en las comunidades de propietarios, nos referimos a un compromiso colectivo que empieza con la responsabilidad individual. Como medidas de sostenibilidad solemos pensar en la gestión de residuos en las zonas comunes, en el ahorro energético de la escalera o en la eficiencia de los ascensores. Sin embargo, hay gestos cotidianos que también marcan la diferencia desde nuestras casas.

Uno de ellos es la forma en que nos deshacemos de los medicamentos caducados o que ya no necesitamos. Por eso es importante conocer los lugares donde depositarlos, pero también que nos sensibilicemos por otra parte sobre las prácticas a evitar, entre ellas las de tirar pastillas, jarabes o pomadas por el inodoro o por el fregadero.

Efectos contaminantes

Los medicamentos contienen principios activos que no desaparecen al mezclarse con el agua y, por tanto, la contaminan. Al desecharlos por las tuberías, estos compuestos llegan a las depuradoras, no siempre preparadas para eliminarlos por completo. El resultado es que acaban filtrándose a ríos, acuíferos y suelos agrícolas.

Se calcula que alrededor del 80% de los residuos farmacéuticos que acaban en ríos y mares proceden de los hogares, no de hospitales ni de farmacias. Así lo advierte la Agencia Europea de Medio Ambiente, que en su informe Pharmaceuticals in the environment alerta del impacto ambiental de estos residuos. 

Este gesto tan aparentemente inocente —arrojar un blíster o un medicamento caducado al inodoro— tiene consecuencias graves: contaminación de aguas superficiales y subterráneas; daño a peces, aves y otros organismos que entran en contacto con estas sustancias; posibles riesgos para la salud humana a largo plazo.

Además, los envases de medicamentos son residuos peligrosos: contienen restos del producto y materiales contaminantes que no deben acabar en el contenedor amarillo o en la basura convencional.

¿Qué hacer para contribuir a un mejor ambiente de salud?

Cada persona, a título individual y como vecino, puede aportar mucho desde su casa o local. ¿Cómo? Simplemente aplicando algunas prácticas responsables podemos aumentar el impacto positivo:

  • Guardando los medicamentos caducados o que no utilicemos en una bolsa aparte, lejos del alcance de los niños y de la basura común.
  • Llevándolos siempre a un punto SIGRE, disponibles en la mayoría de farmacias, donde se encargan de su correcta gestión y eliminación.
  • No mezclándolos con otros residuos: ni en el cubo orgánico, ni en el contenedor amarillo, ni en el WC.
  • Concienciando en casa o en la comunidad a vecinos y a quienes convivan con nosotros.

Estos sencillos hábitos no solo protegen el entorno más inmediato y familiar  sino el colectivo, convirtiendo a una vivienda responsable en la base de una comunidad también más saludable y sostenible.

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